He llegado a la conclusión de que la mezcla de recuerdos con lo que podría haber sido, termina siendo una experiencia que resulta en una de dos opciones. En el paisaje de la combinación de elementos y esa tercera realidad que le gana a las otras dos en intensidad y lindura. O en un autorretrato que anula los recuerdos, y profundiza en los detalles de las bellezas no encontradas, para pegar con ellos bruscamente en caras que lamentan su inexistencia.