De pequeño y hasta la adultez, iba y venía desde la ciudad del Sol a Valparaíso. En el momento que sea, el Puerto me ha entregado calles de madrugada, cervezas tibias, encuentros fulminantes y ruidos de maquinarias portuarias, en las que hace décadas mi padre también trabajó. Al ser el más pequeño de los cuatro hermanos, se ven todas las sendas del camino demarcadas, queda solamente escoger alguna o la opción más sugerente, forjar una nueva.