Por Vicente Díaz Paillalef (LCC 2023)

Durante el transcurso de las clases del XI Taller de Crítica Cultural organizado por Balmaceda Arte Joven de Valparaíso, coordinado por Sebastián Pérez Rouliez, uno de los principales ejes de reflexión se ha centrado en torno a las prácticas escénicas posterior a lo acontecido en la Revuelta,  Pandemia y la derrota del Apruebo en el Plebiscito de Salida el pasado 4 de septiembre. En las conversaciones, debates y reflexiones que se dieron durante las sesiones se plantearon interrogantes sobre ¿Qué podemos hacer después de todo lo que ha acontecido? ¿Qué rol tienen las artes escénicas frente a este contexto? En aquellas preguntas existe algo interesante de lo cual reflexionar puesto que se evidencia una notoria sensación de fracaso.

Fracasar en sus raíces etimológicas significa quebrar, romper o estrellarse en latín, mientras que en italiano su definición va más ligado al fallo. Aquella palabra, fracaso, al escucharse o leerse, tiene una carga bastante dura, pesada, dolorosa, pesimista, más en un país extremadamente neoliberal como Chile, donde el éxito es una vara que define al individuo en todas sus dimensiones y el arte tampoco puede, o ha podido desvincularse de aquello.

Se puede desprender y analizar aquel binarismo fracaso/malo y éxito/bueno en el documental Mi país Imaginario (2022) del cineasta chileno Patricio Guzmán que muestra la revuelta social en Santiago el año 2019 a partir de la experiencia de personas que participaron en las manifestaciones y el proceso de la Convención Constituyente. La utilización de los testimonios seleccionados por el director plantean la esperanza del cambio inminente, lo que puede evidenciar un optimismo cegado por la ideología en lo expuesto frente a la cámara, operando lo opuesto al fracaso: el anhelo del éxito. El documental aborda rígidamente que el paradigma social si o si iba a modificarse, Guzmán menciona: “Baquedano y su caballo nunca se hubieran imaginado que su estatua sería el centro de estos nuevos combates. Los jóvenes llegan aquí para transformar este espacio en un teatro del futuro” (Guzmán, 2022) La cita permite observar que no se concebía la idea de que el cambio por el que se había luchado podía fracasar, puesto que para el neoliberalismo, el éxito ciega, no existe ni debe existir un fracaso, debido a que el avance/progreso solo se consigue con logros o triunfos de cualquier índole. La frustración provocada por la derrota permitió que ciertos sectores atacaran, por ejemplo, a las personas de Petorca que votaron rechazo, diciendo que ya no tienen derecho a reclamar por sus condiciones de vida por solo el hecho de votar la opción contraria.

Cuando Guzmán plantea la metáfora de un teatro del futuro, donde se imagina un nuevo país, el que todos deseamos, puede hacerse un nexo con  No intentes que todo vuelva a ser como antes, obra recientemente estrenada en la Escuela de Teatro de la Universidad de Valparaíso. Montaje que aborda un Chile en un futuro distópico en donde dos profesoras y un profesor acompañan en el proceso de egreso de la última estudiante de teatro, de la última escuela de teatro del país. Lo que se presenta en No intentes… se escapa de la metáfora del futuro perfecto, puesto que la crisis climática arrasó con gran parte de la flora y fauna del planeta. La obra instala la interrogante  ¿qué sentido tiene hacer teatro en una universidad cuando el mundo se está acabando?

Cuestionarse el rol del teatro en un contexto de fracaso, se evidencia transversalmente en la obra, pero  también en subtemas que cada uno de los y las personajes encarnan. (1) El fracaso de la enseñanza del teatro debido a las viejas costumbres de creación, por parte de la profesora que es parte de la vieja escuela. (2) El fracaso del discurso y los procedimientos,  por parte del profesor, que se cuestiona la utilización de escenografía o el de realizar un montaje con las personas que viven en carpas debido al sentido de realidad, no hay más real que lo de afuera. (3) El fracaso del anhelo, encarnado por la profesora más joven que sus oportunidades de seguir ejerciendo docencia en la tierra son inviables, imaginando la posibilidad de vivir y ejercer en la luna. (4) El miedo al fracaso por la inseguridad laboral y económica,  representado por la estudiante, quién frente al abismal hecho de terminar la carrera, aún tiene miedo a equivocarse y no saber qué hacer con su vida.

Charles Pépin, filósofo francés dice en una entrevista al diario El País, respecto de uno de sus libros Las virtudes del fracaso “En ese sentido equivocarse no es solo inevitable, sino necesario para entender nuestros deseos y prioridades(…) Nuestra sociedad está enferma porque es incapaz de aceptar el error.” (Pépin, 2018) A pesar de hablar de la sociedad francesa, esto también resuena en el contexto actual de Chile y de lo mencionado anteriormente, debe aceptarse el error para poder seguir adelante. Con esto no debe confundirse con plantear una romanización del error y una satanización del éxito, sino de desmontar el binarismo de lo bueno y malo de cada uno de aquellos, frente a esto el autor dice “No existe el éxito sin el fracaso (…) Yo no digo que todos los fracasos sean positivos. Lo que digo es que hay que fracasar de una forma interesante” (2018)  Lo mencionado por el autor y en los puntos anteriores se puede relacionar con el texto y título de la obra, dicho por la profesora joven a la estudiante, cuando la última recurre a ella por un consejo para la vida “No intentes que todo vuelva a ser como antes”, lo que puede proponer un quiebre al binarismo fracaso/ éxito, puesto que quizás el arte o en un caso más específico, el teatro, no puede seguir como antes, las cosas van a ir cambiando siempre. Lo anterior invita a cuestionarse en el presente, repensar la frustración actual, ver más allá de criticar el fracaso y observar críticamente los alcances de procedimientos discursivos, técnicos, teóricos y prácticos propios de cada disciplina.

Una de las últimas reflexiones que se desprenden va también a la posible cercanía del fracaso al ejercicio de escribir una crítica, puesto que involucra abordar problemáticas complejas que nadie quiere escuchar o leer, debido a que toca temas que no son de la comodidad de todo el mundo. Pero quizás el hecho de participar de instancias como las organizadas por Balmaceda junto a los problemas propuestos por Sebastián y el diálogo de todas, todos y todes les participantes del taller sea una oportunidad para reflexionar sobre lo acontecido y dar no una respuesta clara, sino el generar reflexión a partir de aquello.

 

Ficha Artística No intentes que todo vuelva a ser como antes (2023)

  • Dirección: Nicolás Espinoza Bastías
  • Dramaturgia: Juan Pablo Troncoso Chandía
  • Investigación dramatúrgica: Astrid Quintana Fuentealba
  • Elenco: Naldy Hernández Gómez, Andrés García Olivares, Monserrat Estévez Calderón y Katalina Oyarzo Alvarado.
  • Diseño escénico: Tamara Figueroa Álvarez
  • Diseño multimedia: Víctor Zúñiga Valdés
  • Diseño sonoro: Carlos Canales Sierra
  • Operación técnica: Natalia Maldonado, Narayana Gamboa, Carlos Bustos Mendoza y Juan José Ubal Vergara
  • Realización escenográfica: Kevin Morizur, Irina Gallardo, Mario Núñez de Teatro Container. Asistencia de producción: Karla Mora Toledo
  • Producción: Christopher Ortega Silva.

 

Ficha Artística  Mi país imaginario (2022)

  • Dirección y guión: Patricio Guzmán
  • Música: José Miguel Miranda, José Miguel Tobar
  • Fotografía: Samuel Lahu

 

Bibliografía: