Tiktok: una app teatral e hipermedial como posibilidad de creación y difusión Artes Escénicas Por Macarena Flores Meza (LCC 2023) Nos encontramos en una época arraigada por lo digital y lo comercial. Las redes sociales han tomado el poder de nuestras generaciones, llegando a imponer estilos de vida y formas de consumo. No por nada las plataformas de streaming batallan las creaciones de contenido; y Tik Tok se corona como una de las aplicaciones más utilizadas por la “generación Z” (después de Instagram), y al mismo tiempo marca una nueva pauta de cómo difundimos, creamos y vemos contenido. Tik Tok es una red social móvil de origen chino lanzada en 2017 y su mayor auge es durante la pandemia del Covid-19, donde sus descargas se dispararon y la comunidad comenzó a crecer exponencialmente. Según un informe de la Asociación de Agencias de Medios de Chile, el 42% dice que Tik Tok es su aplicación más usada, el 68% de las personas que consumen esta app la descargaron durante la cuarentena y el 20,3% indica que pasa más de 50 minutos mirando su contenido sin parar. Es cosa de descargar la aplicación y navegarla para poder identificar ciertos mecanismos que utiliza y entender su propia jerga. Tik Tok posee videos cortos, generalmente musicales en donde los usuarios pueden producir y ver contenido. Esta app hipermedial[1] podría ser vista para el sector de las artes escénicas como un nuevo canal de comunicación, difusión y de creación gracias a sus posibilidades teatrales, ya que posee una variedad de formas para expresar sentimientos a través del humor, los bailes, los retos y la actuación. Además, puede ser una buena manera de acercarse a una comunidad que no consume el arte de manera convencional. Pensando en un lado más experimental, las posibilidades que nos entrega Tik Tok es un cruce del teatro con el lenguaje audiovisual en formato corto, que podría ampliar la mirada del cómo poner en escena o realizar laboratorios express que se puedan mostrar entre 15 segundos a 10 minutos. Si lo vemos desde la mirada del marketing suena mejor que un paraíso fiscal; si lo vemos con los ojos de los artistas que proliferan quedarse en lo convencional, puede llegar a ser mefistofélico. En base a esto, Humberto Eco en su ensayo Apocalípticos e Integrados (1964), nos muestra una oposición ante la cultura de las masas: “los apocalípticos” y “los integrados” para comprender esta nueva sociedad digitalizada. Según “los apocalípticos”, la cultura de masas mata la originalidad, genera homologación, manipula a sus públicos de manera inconsciente, provoca emociones pre-construidas dominadas por las leyes del mercado, promueve un pensamiento superficial y banal, e incluso degrada la cultura y el arte. Por otro lado, según “los integrados”, la cultura de masas permite el acceso a la cultura a categorías sociales antes excluidas, puede servir como agente de información, satisface necesidades de entretenimiento, permite difusión a bajo costo de obras culturales, sensibiliza a las audiencias en relación con el mundo. Según lo que plantea Eco, es ir más allá de este maniqueísmo y abrir la mirada a un punto de vista más crítico en donde ninguno de los dos extremos es realmente positivo o negativo, sino que hay que verlo desde ambos lados y desde lejos. Todos estos antecedentes resultan en algo que se puede vincular a lo que pasa con la “tecnofobia” (aversión a las nuevas tecnologías o dispositivos) y la “tecnofilia” (adhesión a las innovaciones tecnológicas); “lo apocalíptico” y lo “integrado”; el teatro y Tik Tok. Si pensamos en que es blanco o negro, lo uno o lo otro, no podremos mirar el panorama completo: La tecnología ya es parte de nosotros y de nuestro cotidiano, los soportes que conocíamos ya no son los mismos, el teatro ya no es tan solo una actividad en vivo que involucra un actor representando algo de la realidad a un público silencioso y atento que no opina. Esta hibridez entre el teatro y Tik Tok podría ser una tensión para ambos mundos, (quizás más para uno que del otro), pero abre una posibilidad, pensando en que los artistas “apocalípticos” reniegan ciertas tecnologías o lo tildan de incongruente cuando se quieren utilizar en las artes; pero no tienen ningún problema en utilizar redes sociales todos los días desde una cuenta personal donde opinan sobre lo malo de las tecnologías y lo perdido que se encuentra el mundo gracias a estas. Por un lado, el teatro siempre se ha querido mantener alejado de las innovaciones tecnológicas y las sataniza a tal punto de invalidar su uso; y por otro lado, puede que el uso de las nuevas tecnologías no sea un arreglo para ninguna de las crisis sociopolíticas y culturales existentes, pero nos entrega herramientas que podríamos utilizar. No es necesario satanizar el uso de las redes sociales como medio de consumo teatral, ya que por estas redes como Instagram o Facebook es que se han publicitado proyectos artísticos en esta última década. En cuanto a las posibilidades de difusión, Tik Tok posee un alcance más grande que las otras redes sociales, puesto que no necesitas ser una cuenta verificada o tener muchos seguidores para poder lograr un posicionamiento o volverse viral. La Compañía La Once de Concepción utiliza esta app para difundir su función de El Show del Terror de Rocky del 27 y 28 de enero. Realiza un video en donde se ejecuta el famoso baile Time Warp de la misma obra y provoca un alcance mayor que subiendo posts en instagram; o como el Teatro Municipal de Santiago que sube videos de ensayo del ballet o de la ópera; crea videos para explicar cosas sobre su cartelera y página web, o crea contenido con respecto a la historia de una ópera a presentar donde las explican didácticamente en 3 minutos. Si la compañía La Once quisiera tomar en consideración los datos entregados por los usuarios de Tik Tok y el tiempo que se utiliza en esta app, podría armar un estudio de mercado e invertir tiempo o recursos en publicitar a la compañía y sus funciones. La importancia rescatable de Tik Tok es su gran potencial creativo y algorítmico que ayudaría a posicionar una marca. Pensando en que el teatro se vende o se difunde como un producto de consumo, no solo como algo que se deba ver/experimentar. Esa idea de teatro comercial que no resulta ser algo malo, sino que el teatro en verdad se tiene que vender, ya sea a Fondos concursables, a festivales o a la misma «audiencia» que va a ver la obra equis. Sabemos que no todo puede ser color de rosas, la aplicación podría llegar a ser una plataforma interesante gracias a sus herramientas y sus parámetros para realizar o difundir teatro, pero eso no asegura que el mundo teatral se pueda ver beneficiado por totalidad, ya que como me comentaba en una conversación el crítico Sebastián Perez Rouliez, si Facebook e Instagram no lo hicieron en su momento, pensando en que fueron la gran novedad alguna vez, ¿por qué tiktok cambiaría las cosas? No lo había pensado desde ese punto de vista, ya que me dejé llevar por lo interesante, e incluso por la adicción y el hype que te provoca ser uno de los usuarios de la app. Planteemoslo así, Tik Tok es el boom del ahora, de la “generación Z”, sus memes inentendibles, el humor roto, y el estilo de vida pandémico. El teatro, viéndolo desde lo convencional, es dramatismo, exageración, arcaico, tiene cierta renuencia por la era digital y las aplicaciones. Yo como investigadora y crítica, no me sumo ni a la satanización ni a la adherencia por las redes sociales, solo expongo estos antecedentes sin ánimo de tomar partido, sino para poner en la palestra estos temas, una mirada crítica de lo que sucede entre las tecnologías y las artes, que creo pueden juntarse, ya que no son agua y aceite. Dejemos la tecnofobia y la tecnofilia de lado, pensemos en que son posibilidades válidas para quienes quieran utilizarlas, y no hay por qué satanizar su uso, pero tampoco justificarlo, ya que Tik Tok nos entrega ciertas herramientas, pero no podemos dejarle toda la responsabilidad a lo digital y lo artificial. Referencias: https://www.jelly.cl/instagram-y-tiktok-la-revolucion-por-el-contenido-en-videos-cortos/ https://hipermediaciones.com/2013/01/25/apocalipticos-e-integrados-el-retorno/ https://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/21375/1/TIKTOK.pdf https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/48099/TFG-N.%201538.pdf?sequence=1&isAllowed=y https://revistahiedra.cl/criticas/dragon-de-calderon-una-critica-a-la-critica/ https://www.ieie.eu/todo-sobre-la-tecnofobia-y-3-formas-de-combatirla/ [1] Esta app es hipermedial gracias a su ciencia algorítmica, ya que está construida para aproximar un contenido de manera más íntima y personalizada para cada usuario.