Por María José Cifuentes

Una mujer que recién comienza a conocer la adultez, rueda sin frenos por las escaleras del metro de Santiago. ¿Cómo fue que la inevitable fuerza de gravedad se volvió su enemiga en las escalas que conectan el nivel de la boletería con la del andén? 

Sucedió en abril de 2016, llevaba dos meses en Actuación en la UC. Es un privilegio que muchos sufren por conseguir, por una aceptada, decenas de personas talentosas eran rechazadas en las audiciones de ingreso. A mí me emocionó, pero había algo en ese triunfo que se sentía ajeno. Y más lejana de la carrera me sentí cuando, en un confuso incidente sucedió una tragedia muy teatral: terminé rodando cuesta abajo por las escaleras del metro Santa Isabel, de la línea 5. No recuerdo más, tal vez sea un mecanismo de defensa, eso dicen cuando una no recuerda. Diagnóstico en urgencias: esguince en el pie. Un esguince feo. El horóscopo chino hablaba cosas sobre un mono.

Recuerdo estar lesionada haciendo ejercicios imposibles. Desde el comienzo de la carrera venía notando que mi cuerpo no era compatible con la disciplina, aun así, intentaba callar el dolor porque la carrera no permitía detenciones.  Cuando intenté explicar lo que me había pasado en el metro, la ayudante del profesor de actuación me miró y, entre medio de un suspiro, soltó: “es el año del Mono de Fuego, cuídate”, luego se fue. Para alguien que solo sabe que su signo es Géminis y que tiene alguna otra cosa en un signo de fuego, entrar a entender el horóscopo chino estaba en un nivel avanzado. En Google, “El mono de fuego será un año en el que cualquier cosa puede suceder, almacenar o planificar será complejo, todo fluirá de maneras intensas. Pesarán más los esfuerzos egoístas y personales que las acciones de grupo. Por supuesto el fuego (cuerpo + poder) será el elemento dominante este año.” 

Después de eso el mundo que había escogido a los diecisiete años comenzaba a darme la espalda y a mostrar su cara más dura. Estar lesionada en una carrera así es ser una paria, un cuerpo lesionado solo retrasa al resto. No sirves. ¿En qué clase de lugar no te permiten algo tan humano como enfermar? Con todo en contra, me retiré de ahí y nunca más volví a pisar un teatro. Sin embargo, esa caída comenzó a significar cosas diferentes con el tiempo. 

Con esa caída perdí una parte de la inocencia infantil y descubrí que no solo en una carrera artística se tiene prohibido enfermar, que es solo una parte de todo un sistema que funciona creyendo que somos seres que no sufren, que funcionan perfecto, que no se caen por las escaleras. Da lo mismo si el mono es de fuego o de madera, ningún horóscopo por sí solo puede parar este caos, si no existe la voluntad de reconocernos como humanos, con la totalidad que eso significa. Esa sí que es la máxima tragedia.

 

 

Fotografías: María José Cifuentes

 


 

María José Cifuentes

Esta persona es dispersa a morir, abarca mucho intentando apretar mucho, aunque no termine apretando tanto. Si la vida pudiese vivirse olvidando este sistema neoliberal, tal vez se dedicaría a la Historia del Arte a tiempo completo, a los gatos o a las teterías con onda Pinterest. Las malas lenguas dicen que estudia periodismo, pero tal vez sea un invento de la prensa y nada más. También se dice que tiene el diablo adentro, al menos eso sale en su fecha de nacimiento: 6/6/96. 

Me gusta creer que soy un libro, de esos grandotes, que tienen mucho conocimiento dentro, muchas historias que vale la pena recordar. Vendría faltando el seguir rellenándolo, lo bueno es que seguimos teniendo salud.