20 trabajos de intereses compartidos y materialidad miscelánea conforman la exposición (en)CLAVE LOCAL que se exhibe en el Centex del CNCA. Por Wilson Lagos Daza La exposición pone en juego un extracto de obras seleccionadas de la cuarta versión del Concurso Universitario Arte Joven de este año, organizado por Balmaceda Arte Joven y Universidad Mayor, localizando los trabajos dentro del contexto porteño y significando, a su vez, la descentralización del arte, tanto en temáticas como territorio. Con diferentes materiales y técnicas la muestra logra encausar una intención conjunta de los jóvenes artistas, que responde evidentemente a la contingencia, el debate social y las relaciones políticas. Componente destacado es el aspecto cotidiano y frágil, apropiado por diversos medios que van desde la pintura hasta el video, pasando por la fotografía, la instalación, técnicas gráficas y escultura. Prima el uso de la imagen representativa como captación de lo real, dejando fuera la abstracción y síntesis figurativa, tornando las obras en mecanismos críticos notoriamente directos, sin demasiada mediación interpretativa o abierta. Factor que pareciera obedecer a la etapa creativa en la que se encuentran los emergentes artistas que exponen. Se percibe una premura en el hacer y en la concepción de las mismas. La curatoria intenta aproximar los trabajos al contexto local de Valparaíso, vinculándola con la realidad porteña de dos de los exponentes: Pablo Suazo y Tania López, quienes realizaron obras a partir de situaciones particulares de la región. El primero, por medio de textos de su puño y letra sumado a imágenes serigráficas y recortes, testimonia desde el humor las políticas y desaciertos de los alcaldes Jorge Castro (Valparaíso) y Maglio Cicardini (Copiapó), mientras que Tania sitúa la precariedad e inseguridad social, con el incendio ocurrido hace algunos años a la Juguetería Perrot (Valparaíso), en una estructura lineal, que no se eleva del suelo, construida de juguetes plásticos quemados. Ambos autores recalcan el entramado popular y ciudadano a través de sucesos específicos, rescatando desde la fuente citas, imágenes y materiales, para devolverlos con una fuerte carga al relato y a la sencillez de la factura. Las obras de esta exposición son una muestra parcial de lo que las escuelas están generando en el arte chileno. Dentro de esta selección existe una búsqueda de la identidad del país partiendo de episodios concretos, no como una idea general sino como un acto individualizado de investigación. Desde la vereda del arte, se evidencia la articulación de la ciudad, las redes colectivas, las personas como actores sociales y la relación entre espacios, administraciones y funcionamientos. El interés en un quehacer comprometido con el cotidiano, no solo una proyección personal del autor sino una correspondencia con el entorno, es un importante aporte que revelan estas obras. Este no es un tópico nuevo, pero, en la sobrepoblada y multidireccional propuesta artística actual, sí se torna provechoso como eje que sigue estando presente en artistas jóvenes. Queda manifiesta esta inclinación de manera apropiada, pero también la jovial impronta y falta de cuerpo de obra, mucho más que en el hacer técnico en una poética consolidada que se sostenga por sí misma. Es idóneo ver las obras como manifestaciones versátiles del quehacer artístico actual en Chile. Son presentaciones de una fracción contemporánea, que no se resguarda solo en la esfera del arte, más bien se expande a la esfera pública y pretende ofrecer un diálogo participativo entre obra y fuente, de intercambio con el espectador de turno, vinculantes con el mundo del arte así como con el entorno al que regresamos cuando salimos de la exposición.