Por Franco Cárcamo. “Porvenir” es un circuito de exposiciones que nos ofrece un panorama interesante y renovado de lo que podría denominarse como “arte joven” en la región de Valparaíso. Reuniendo a tres espacios expositivos de la ciudad como son Casa E, Balmaceda Arte Joven y la sala El Farol, este diagrama ofrece a la ciudad una serie de exposiciones interconectadas que agrupa a diversos autores que participaron de la segunda versión de “Pan Batido”, convocatoria a artistas sub 35 realizada por Casa E a lo largo de todo Chile y cuyo trabajo resultaba demasiado interesante como para quedar en el olvido. “Porvenir” se divide en las muestras “Porvenir Cliente”, “Porvenir Desecho”, ”Porvenir Dígito” y “Porvenir Titular”, ésta última alojada en la galería de artes visuales de Balmaceda Arte Joven Valparaíso (Santa Isabel 739, esquina Lautaro Rosas) a cargo de Pablo Suazo, un reciente Licenciado en Arte que de forma segura y sarcástica, aborda una serie de cuestionamientos al sistema del arte como posible autoridad. Instalándose literalmente en BAJ Valparaíso, este artista emergente monta un improvisado taller editorial donde imprime una cantidad determinada de “La Verdadera Historia del verdadero Arte Chileno”, publicación artesanal que funciona como compilación de lo que él mismo llama el “arte que hizo que se hablara de arte a la hora de almuerzo”. En sus páginas, podemos informarnos sobre una serie de obras que resultaron especialmente problemáticas para los discursos sobre arte y directamente polémicas para autoridades, medios de comunicación y ciudanía en general, como la pintura de Simón Bolivar travestido por Juan Dávila; los famosos casos de Baby Vamp, Spencer Tunick; o la instalación que hizo Sebastián Errazuriz en la azotea de un edificio santiaguino con una vaca. Explorando esta problemática con insistencia, Pablo Suazo ha articulado varias de sus obras como posibles preguntas hacia las convenciones que hacen del arte una autoridad, hacia su valoración y por tanto, su comercialización. Ahora bien, el visitante que llega ver la muestra puede enfrentarse tanto a estás publicaciones expuestas, emulando tibiamente un formato más tradicional de exposición, o bien, puede encontrarse con el mismo Pablo Suazo trabajando en sus ediciones, junto a una taza de té y la música que tal vez nos recuerde a cualquier cosa, menos una galería de arte. De este modo, su instalación o acción de arte, consiste justamente en la posibilidad de interactuar con el artista en medio de un proceso creativo que para el imaginario común, es un docto, silencioso e iluminado estado de inspiración, pero que en este caso, transforma su espacio más propio (la galería) en un taller doméstico y caótico. La publicación, a su vez, parece apuntar de modo directo a las arbitrariedades de las que se alimentan las categorías para definir qué es arte y quién lo realiza. Si todo un territorio habla de un fenómeno como un acontecimiento artístico, ¿se convierte en una obra de arte? A través de cuestionamientos como éste, la obra de Suazo utiliza el papel de los medios de comunicación como un catalizador -aparentemente ingenuo- de debates, poniendo de manifiesto la aparente dependencia que tiene la obra con sus esferas más tradicionales para así no perder su estatus, su autoridad y finalmente, elitismo. Su trabajo, asimismo, revela un gran conocimiento sobre la sociedad chilena en relación a estos “destellos de arte”, información a la que, sin embargo, da un giro, utilizándola de manera más irónica y burlesca, como si en realidad estuviera escribiendo la biografía no autorizada de un hombre muy famoso. Cada exposición de “Porvenir” formará parte del gran recorrido de Noche de Museos, jornada que se realizará durante la noche de este viernes 31 de enero y de la que distintos espacios culturales formarán parte.