Av. Libertad 63
Viña del Mar, Valparaíso
Chile
“Glorias Navales” es el nombre del libro editado por Balmaceda Arte Joven que se presentará en la 38º edición del certamen literario en la región de Valparaíso. El evento, que se ha estado llevando a cabo del 8 de enero, y que se extiende hasta el 26 del mismo mes, contará con la presencia de Armijo para entonces.
Será el viernes 24 de enero, a las 13.00 horas, que está fijado el lanzamiento de la primera obra del escritor viñamarino, de la mano de Cristóbal Gaete, quien será el encargado de acompañar y presentar estos cuatro textos en prosa experimental para la jornada.
La feria Parque Caupolicán, la Población Vergara, 15 Norte y Avenida Valparaíso, son los territorios narrados en “Glorias Navales”, en un imaginario fuera de la narración clásica viñamarina, dándole voz a la amplia periferia —y sus habitantes— de la llamada “ciudad jardín”. Este libro será lanzado bajo el alero de Ediciones Balmaceda Arte Joven.
La 38º versión de la feria ubicada en el Liceo Bicentenario, en plena Avenida Libertad de la ciudad Jardín (2 Norte), ha contado en su programación con el abogado Jaime Bassa, los escritores Nona Fernández, Waldo Parra y Tania Tamayo, entre otr@s. Las actividades son con entrada liberada.
Reseña libro (reseña escrita por Marcelo Mellado):
Armijo, Diego, pertenece al colectivo Pueblos Abandonados, a esos agentes de escritura que sobreviven en territorios secundarios o terciarios, y que el canon municipal de escritura rechaza por no tener las señales amateuristas o académicas blandas que requiere esa lógica cultural, que suele optar por el eventismo culturoso. Su militancia, sin ser manifiesta, tiene que ver con la errancia callejera del sujeto que sólo se tiene a sí mismo y que opta por la ruta del texto como ejercicio de autodiseño. Tiene la impronta territorial y desquiciada de los que no tienen un lugar ocupado de antemano, por derecho de clase, por ejemplo. Sus incisiones cuneiformes de escritura se inscriben con claridad en el territorio, se dejan ver en la irremediable provincia que necesaria y felizmente lo debiera despreciar, porque la autonomía es refractaria a los poderes locales que le tributan al centralismo (y al universalismo) charcha. La feria, el comercio pobre, por no decir, el comercio de mierda de las veredas con caca, la posibilidad del turismo siútico y el trabajo depreciado, comparecen en sus relatos en que prima el voceo de objetos rancios y sin etiquetado formal, y el trabajo de baja estofa, todo determinado por recorridos inútiles y perturbados en que sí aparece la alternativa libresca como desvío salvífico. Lo concreto es que la ciudad es un feo decorado o una escenografía degradada, más aún si el eje es la población o locación originaria desde donde se ejerce el oficio de dar cuenta de un paisaje que se descompone en tonos humosos, aromatizado por un bullicio sin deseo, pero que funciona como consuelo de la amenaza de no lugar que padecemos irremediablemente. Glorias Navales nos informa de una ciudad en estado cero de glamour y patética como aspiración urbana.