Una Caja de Zapatos nos invita a conectarnos con nuestra esencia de niña o niño interior, aprender desde lo lúdico explorando nuestro imaginario, a través de sentimientos que se traducen en gestos expresivos, desde el plano bidimensional, así como también con la instalación de objetos en el plano, transportándonos al espacio tridimensional.

· Sobre la exposición ·
Desde la creación de lo espontáneo abrir esa Caja de Zapatos, el velador lleno elementos, (cachureos) todo sirve en este viaje estético, lúdico; de exploración de materiales y formas; “el mismo niño sigue jugando con su caja de juguetes”, menciona el artista, cómo podemos realizar una lectura de signos con ese niño o niña interior que llevamos dentro los seres humanos y que se deja entrever en nuestra personalidad y psicología, además su intención de invitarnos a viajar a un lugar histórico de nuestra historia a través y con la pintura rupestre, propone una estética la cual es atravesada por el collage de técnicas mixtas, entendiendo desde un lugar antropológico y sociológico un relato profundo sobre las costumbres del ser humano conectándose con la naturaleza, también como una forma de resistirse al estimulo tecnológico y la vorágine del tiempo que nos acecha en este sistema neoliberal capitalista.

Sobre la artista
Rodrigo León Nace en Santiago y se cría en el sur de Chile, desde pequeña muestra una inquietud en torno a la creación y a la búsqueda de múltiples lenguajes artísticos. Cuenta con estudios formales en diseño gráfico y arte, explorando, creando y encontrando así un lenguaje propio. Además, ha expuesto en diversas galerías del país como La Casa del Arte Diego Rivera, Museo Arte Moderno Chiloé (colectiva), Centro Cultural de Castro, Centro Cultural San Felipe, entre otros. En el último tiempo ha volcado su labor artística a la ilustración infantil, reconectándose con el lenguaje que lo ha acompañado siempre: las historias, el dibujo y el uso del color.






Para Balmaceda Arte Joven Los Lagos y el programa de Galería Activa, esta exposición se transforma en un aporte y en una liberación matérica para él y la espectadora, sobre todo también para las y los jóvenes que experimentarán actividades en conjunto con la obra, en donde el aparato comunicacional de la obra nos estimula desde lo más sencillo y profundo para llevarnos a un mundo sensible y pictórico que nos ayuda a no olvidar nuestros imaginarios individuales y colectivos, para de esta forma hacerle frente a la nueva vida tecnológica que estamos enfrentando.