Paula Coñoepan Acuña – Matías Fuentes – Tamara Martínez
Martina M. Yáñez – Catalina Soto Curaqueo
En esta primera muestra de Laboratorios 2023, les artistas componen sus obras a través de diversas miradas, técnicas y materialidades en torno a la «memoria».
La exposición estará abierta hasta el 7 de junio, de lunes a viernes de 17.00 a 20.00 horas, en la Galería Metropolitana de BAJ RM, (Av. Balmaceda #1215, segundo piso), metro Cal y Canto.
Condena de la Memoria
En la antigua Roma existía el término Damnatio memoriae, (condena de la memoria) un castigo post mortem a personas públicas deshonradas por sus actos espurios. No era exclusivo del Imperio Romano, muchas culturas antiguas aplicaban estos castigos que bajo el peso dogmático de sus mitologías borraba su historia para siempre.
En un sentido totalmente opuesto, los pueblos indígenas de América por lo general recuerdan nítidamente y sin problemas de memoria hasta diez generaciones o más a sus ancestros, en una clara manifestación del poder que tiene la oralidad en la memoria de estos pueblos como un pilar fundamental de la comunidad y que parece fundar las bases de la prosperidad, un soporte para un futuro promisorio para las nuevas generaciones.
Estos ejemplos opuestos responden a variadas estrategias que buscan establecer una sociedad con desarrollo y cierta identidad, con resultados distintos. El camino de borrar u ocultar la historia bajo la alfombra, como se ha visto en el establecimiento de las repúblicas colonizadoras, protegen el modelo que claramente ha fallado, levantan héroes falsos e inducen una historia mitómana. Claramente no es el camino correcto y natural de una sociedad que pretenda caminar firmemente al futuro, la amnesia como un síndrome social la expone a reiterar lo errores, como dice el filósofo español Jorge Ruiz de Santayana: “Quién olvida su historia está condenado a repetirla”.
Los trabajos de Lab 1 presenta a un grupo de artistas que levantan con un lenguaje visual contemporáneo, contundentes análisis que interpelan las derivadas que tiene la memoria, específicamente en este espacio que habitamos con cierto y justificado desdén. Desde estas circunstancias adversas heredamos toda clase de dolores, represión e impotencia, enfrentados a un contexto de levedad y torpeza que estos artistas no rehúyen en sus obras, declaman crítica y poéticamente su inconformidad.
Hablamos de un aquí cuestionado, donde los dolores más profundos que puede tener la humanidad, no tienen piedad. La aflicción de la pérdida, el léxico colonizado, el territorio estropeado, espacio geográfico catatónico que no tiene consuelo, la naturaleza sometida a los designios del progreso, las imágenes y los cuerpos que padecen de la ignominia, ante una realidad que siempre se rinde a lo irrevocable, al dictamen del acontecimiento. Menos todavía importan las micro memorias de aquellas vidas que habitan los intersticios de esos lugares devastados, micro universos destruidos. Quedan preguntas de impotencia entonces, ¿Qué hacer en un contexto de anormalidad, en una sociedad distópica?, ¿dónde queda la comunidad y la viabilidad de la especie? ante las imágenes indelebles borradas, que se perdieron, las múltiples huellas que deja cada vida abatida, la indiferencia ante aquellos reflejos de vida minúsculos que aún existen y que siguen desapareciendo.
Se siente el peso de un mal augurio ante la memoria condenada por la prepotencia y la indiferencia de las supremacías dominantes, de un modelo decadente de cánones y estratificaciones que caen como escombros sobre los cuerpos, tapando el último argumento que sostiene un posible futuro, como una condena a la memoria.
Bernardo Oyarzún
La mirada de les artistas
Matías Fuentes
“Acción para compartir la carga de una imagen” parte de la serie en la que Intento fijar una imagen que se pierde, es un punto colindante que hace acento en la acción de la pérdida a través del pisar en dónde se genera un recorrido, un mapeo que intenciona y entrama una memoria en constante movimiento. La obra propone ser un intento por hacer presencia en la ausencia. Una preservación de la memoria en otras memorias, sosteniendo la pregunta por una remembranza material que solo es capaz de resistir a través de la acción.”
Tamara Martínez C.
“Cartografía de una ausencia” es un conjunto de telas estampadas mediante grabados realizados en linóleo y bordados. Los grabados corresponden a planimetrías que pertenecen a diferentes ciudades en las cuales habitó quien fue mi abuelo, persona desaparecida. A su vez, dicha obra se complementa con “Palabras de un rosal” una serie de poemas realizados en textil bordado, los cuales recrean un cuaderno personal.
Este proyecto aborda los parámetros de migración, exilio, los no-lugares y el abandono, bajo el cuestionamiento constante de nuestra propia memoria y el cómo habitamos este territorio incierto.
El objetivo es conectar y mostrar al espectador la fragilidad del recuerdo, evocando que nuestra memoria es un escape al pasado compuesta de huellas que muchas veces se transforman en cicatrices, que la memoria es historia y que cada persona es un pequeño trozo de historia, por lo que podemos concluir que, todos somos memoria. Asumir mediante la introspección, que puede existir un rechazo a lo familiar y a la exposición de los sin nombre, pensando en cada objeto o imagen como una brecha de resistencia.”
Martina M. Yáñez
“Esclerocronofonias bivalvas” es una instalación sonora que propone una reflexión en torno a las relaciones entre sensibilidad, temporalidad y animalidad a partir de la figura de los moluscos en el ecosistema marítimo. A partir de la idea del habitar subacuático de los moluscos, la investigación se propone la pregunta: ¿Qué podría imaginar una almeja sobre el dis-curso de la historia antrópica? Probablemente no mucho más de lo que podamos pensar con un cuerpo humano. Son existencias cámbricas, que han sobrevivido a las extinciones masivas y revoluciones socioculturales planetarias, y que, en sus conchas, han calcificado los cambios ecomarítimos desde hace 40 millones de años.”
Pista de audio: https://on.soundcloud.com/DXrdc
Paula Coñoepan Acuña
Ngünechen tañi ruka mew ayiwün ngey: “El mapudungun es la lengua del pueblo mapuche, esta ha sido transmitida principalmente de forma oral, para luego intentar ser incorporada al abecedario en español haciendo surgir su forma escrita en el sistema occidental. El estudio y aprendizaje de la lengua por parte de las personas ajenas a la cultura ha sido utilizada no necesariamente para la apreciación de la cultura, sino como una forma de infiltración, apropiándose de la lengua de una forma superficial. Una de estas apropiaciones corresponde a la evangelización en mapudungun al cual remite la obra, acción en la que se pretende anular y reemplazar la cosmovisión de la cultura mapuche por la judeo cristiana, donde cada vez es más común ver el levantamiento de iglesias en territorio del wallmapu. El muro de ladrillos en construcción tiene por un lado la frase inscrita “Ngünechen tañi ruka mew ayiwün ngey”, que traducido al español es “En la casa del señor hay gozo” y por el otro lado contiene el vacío de múltiples orejas, como consecuencia de una ausencia de los cuerpos a los que remite su escucha.”
Catalina Soto Curaqueo
Dolores heredados: “¿Un último viaje? Pensar no volver a este lugar junto a ti abre una sucesión de pensamientos conflictivos. ¿Cómo podría ser este último viaje tuyo mi reencuentro con tu historia y la mía? Si recién estoy volviendo a este lugar ¿Por qué dices eso mamita? ¿Cómo conectar? ¿Cómo sanar nuestras heridas y penas? ¿Por qué lo dejaste atrás? ¿Por qué no nos trajiste antes? ¿Será que algún día tu tierra me hará sentir realmente como si fuera de aquí? ¿O tendré que aprender a vivir con esa pena?”
[ GALERÍA DE OBRAS ]